29 dic 2014

Conversación sin gastar aliento.


Están entonces los que no hablan tanto, digamos. 
Los que prefiere hacer y no andar divulgando su vida.
¿En experiencia qué somos? Pues ya vemos como hay culturas que intentan decirte que están siempre por encima. Esto de preguntarte, ¿Qué hacen ustedes en su país antes de los 30, que hiciste tú?
Esa cuestión de hacer que te cuestiones.
Se ve tan feo dárselas de influyente, a la larga nos tratamos como competencias, como justificando actos. 
Comentan: “Claro con el perdón de ustedes dos, es que al cumplir 30 debes casarte y tener hijos. ¿Claro no? “Por eso la gente se casa a los 30”. “Falta que tengas hijos”.
Sí, claro, la gente solo se casa por eso.
Y aquello de los rituales y los que creen en ellos aún se preguntan que quizas aquel grupo de mujeres provenientes de otra cultura, entradas en edad, mirando desde la critica, hablan de los que se casan como si fuera un mero cliché, pero quizas es que sinceramente nadie se lo ha pedido nunca o rechazaron todas las propuestas creyendo poder más que la soledad y las necesidades humanas de compartir la alegría y la tristeza hasta que la muerte los separe. 

Ayudas.


Quizás estamos solos, solos con la sombra. 
Si te quedas parado los demás te tropiezan y te llevan. 
Hay unos que van a sus anchas por el planeta. 
Pero la soledad da frío.
Y viene la parte de necesitar de alguna mano que nos pesque
alguien que haga que vayamos otra vez a flote. 
Necesitamos mutuamente compartir ayudas.

6 dic 2014

"2016"

Amor Porteño. Grafito rápido mientras se comía strudel de manzana.

2016.
Recordatorio: No existía posibilidad creíble. Pero andabas caminando perdida en escaleras y calles, contemplando ciudades extrañas, comías helado y la dueña te regalaba otra porción, en el Amor Porteño.

Recordatorio: No había razón para ausentarse, algún conocido tiene miedo. Tengo 20 años trabajando, jamás me he dado el gusto de irme dos meses de viaje. 

Recordatorio: A nadie le funciona lo indispensable. Al fin lo entendimos.
Hemos estado tan ocupados. Nos dicen que debemos estudiar, a los 15 años que debemos ir a la universidad, somos tan inmaduros, (21 años sin remedio, todos los lugares que debería estar viendo), no sabemos quiénes somos, menos qué estudiaremos, nos dicen a los 25 que nos casemos y tengamos hijos, (Insisten en decirte esto, "No pierdas el tiempo") los miras preocupados. 30 años debes comprar una casa, algunos carros, los aires acondicionados de la casa, un televisor para cada habitación, las tarjetas están sobregiradas, el sistema me dice que me endeude. Algunos lo han logrado, admiras. Respiras. Viajar será un día, cuando nuestros hijos vayan también a la universidad. Este año compré el comedor de vidrio que tanto me gustaba, lo uso el 31 de diciembre en la cena de fin de año. 

Recuerda cuando regreses a la ciudad natal, aquello que dejaste afuera, cuando besaba él tu mejilla, y decía que era feliz, sin nada en los bolsillos, parando de bus en bus, comidas compartidas, los encuentros afortunados, las personas que conoces, el mundo que ya se volvía menos inhóspito, menos agresivo, más amable. 

Sí, quizas mañana seguiremos sacando cuentas, pero los días no serán prestados. Allá nos quedaremos, por las circunstancias que nos hayan arrastrado. Aprender a andar con el  movimiento, insistir.
  
A veces me pierdo pensando sí hay más miedo a ser joven sin futuro, o viejo sin pasado.