29 dic 2014

Conversación sin gastar aliento.


Están entonces los que no hablan tanto, digamos. 
Los que prefiere hacer y no andar divulgando su vida.
¿En experiencia qué somos? Pues ya vemos como hay culturas que intentan decirte que están siempre por encima. Esto de preguntarte, ¿Qué hacen ustedes en su país antes de los 30, que hiciste tú?
Esa cuestión de hacer que te cuestiones.
Se ve tan feo dárselas de influyente, a la larga nos tratamos como competencias, como justificando actos. 
Comentan: “Claro con el perdón de ustedes dos, es que al cumplir 30 debes casarte y tener hijos. ¿Claro no? “Por eso la gente se casa a los 30”. “Falta que tengas hijos”.
Sí, claro, la gente solo se casa por eso.
Y aquello de los rituales y los que creen en ellos aún se preguntan que quizas aquel grupo de mujeres provenientes de otra cultura, entradas en edad, mirando desde la critica, hablan de los que se casan como si fuera un mero cliché, pero quizas es que sinceramente nadie se lo ha pedido nunca o rechazaron todas las propuestas creyendo poder más que la soledad y las necesidades humanas de compartir la alegría y la tristeza hasta que la muerte los separe. 

Ayudas.


Quizás estamos solos, solos con la sombra. 
Si te quedas parado los demás te tropiezan y te llevan. 
Hay unos que van a sus anchas por el planeta. 
Pero la soledad da frío.
Y viene la parte de necesitar de alguna mano que nos pesque
alguien que haga que vayamos otra vez a flote. 
Necesitamos mutuamente compartir ayudas.