27 jun 2015

LEERME

Esta publicación la escribí como un recurso.

Es un auto-retrato.
armar una caja objeto arte es complicado.

Se supone que si uno construye un altar
para explicar lo que es uno, lo que llevas adentro,
debes mirarte desde otra perspectiva.
Es muy difícil verse, reconocerse.
¿Si tuvieses que escoger objetos propios y sacarlos de proporción
qué objetos pondrías en tu caja personal?

Escribí este texto hace muy poco,
y le dio sentido al altar.

Hoy salió publicado en la revista ERRR Magazine
mi tercera publicación para ellos
Hoy 27 de Junio 2015

http://errr-magazine.com/leerme/


Quería compartirlo, ponernos frente al espejo, espero le llegue a alguien, alguien que quiera también hacer este ejercicio de verse a si mismo. Como una tarea de limpiar el sucio que dejamos olvidado bajo la cama.

2015 Ana Brett Caja objeto Arte. Autoretrato. 
LEERME

Despiertas una mañana.
Te das cuenta que de verdad
quieres despertar
Lo que dejaste en casa
a miles de kilómetros
quedó atrás.
La vida tendrá ahora que ser ascendente.
Los sueños
están arriba de la cama.
La luz está encendida.
Lo monstruos que están bajo la cama
deberán empezar a salir.
La historia nos llama.
La luz está encendida
para la búsqueda
No habrá puerta fácil ni tan abierta.
Despertar en el camino correcto.
Poner el pie derecho primero
para levantarse.






25 jun 2015

Juvenal

Abrí la caja de los recuerdos,
abrí otra vez el escaparate.
Cuando esperaba que él saliera de la habitación para registrar sus cosas.
Queríamos encontrar los secretos de la figura alta e india de un abuelo que me era desconocido.
Pero jamás encontré entre tus cosas este manuscrito.
Este es el libro que escribió mi abuelo, lo supe solo hasta ahora.
Podría ilustrarlo, me haría bien.

Leí el prologo, sentí que me hablabas.
Sí, la inseguridad, demasiada humildad, querías tu mismo restarle importancia al manuscrito.
Pero abuelo por qué tendríamos que tener tanto miedo a hablar en voz alta.
A explicar en texto, tanto dolor, tanta vida,
Se nos escaparon las palabras.
las bebidas para ahogarse me robaron tus palabras
no hay manera ya de recordar tu voz
no se en que abismo quedó aquello que no dio tiempo de conocer
dejaste un libro y no lo sabía.

Te leo ahora. Te releeré
Por tantas frases que escribiste, a las que deba hacerle sus altares:

"La noche se deja venir con tranquilidad pasmosa, envolviéndolo todo en su manto negro y frío."




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15 jun 2015

Promesas y exvotos.

Te pido Santa Rita de Casia patrona de las cosas imposibles, sigue presentándote en las madrugadas.


Todas las promesas desde que salí de casa. 


Gracias a Dios porque no se cual es el patrono de los libros y objetos encontrados, que mi abuelo leía y dejaba por ahí sus cosas olvidadas, asi yo encontraba sus libros y los leía. El leía Moby Dick.


Gracias virgencita del Carmen por las memorias de elefante y los cuentos que se contaron tres veces. 

6 jun 2015

Exvotos.

Ana Brett.Angelitos y diablitos comiendo manzanas. 2015 En clases de ilustración.



      Hablaban ayer de exvotos, la costumbre mexicana de cumplir promesas a sus santos, a través de imágenes donde describían lo sucedido y los milagros ocurridos para llevar a los altares. 

      Reía por dentro, venir tan lejos, casi el fin del mundo para escuchar, para rescatar de la memoria quizás, sacar aquello que era tan común y cotidiano que lo dabas por sentado. Los rituales han estado en mi familia, en las casas de los vecinos, es nuestra parte mecánica, quizas no lo sabemos hasta que salimos a compararnos. Nuestro subconsciente nos hace prender las velas y guardar el nicho en casa para pedirle a los santos que nos protejan.
 
       Nos construimos altares sagrados, creemos en esos espíritus que no han podido dormir. Sobre las carreteras le rendimos homenaje con altares blancos a quienes se fueron trágicamente en accidentes. Así aparecen capillitas blancas en medio de la nada a orillas del asfalto. Son nuestros altares a los desaparecidos.

       Encuentro gracioso venir tan lejos para que me pregunten, ¿En Venezuela acostumbran a estas cosas como en México, llevarle promesas a los santos? No puedo evitar pensar en la última vela que encendí en la capilla de las ánimas de Guasare con mi hermana, en la investigación que leí sobre estas almas en pena. Que existen placas de madera y plata que se mandan a hacer cuando te gradúas de preescolar, cuando te hacen una condecoración, o cuando se te cumple un milagro y la llevas a la capilla para colgarla. Pensé en las cantidades de brazos, piernas, cabezas, miembros de plata colgados en las iglesias, en las estampitas a José Gregorio Hernández, en la vez que vi en el agua el rostro de la Madre María de San José y me dio tanto miedo que salí corriendo.

     Me reencontré con el altar que abuela le monto a Marcelino después que falleció. Recordé también su caja con las tarjetas de bautizos, que no se botan, se guardan para tener prueba de que sí fuiste bautizado porque hubo fiesta.

    Recuerdas el altar que papá le montó a San Juan Bautista, en la fiesta anual que le prepara con tambores y torta de cumpleaños, donde normalmente me pedían que le llevara fruta, cuando terminaban los cantos y yo me dirigía a las manzanas, pasaba delante de mí alguna de las señoras mayores a decirme que si yo las había traído no podía comérmelas.

     Recuerdas inevitablemente, el nicho que mi madre tiene para a la virgen de la Chiquinquirá en casa, y de las veces que la llamas para decirle, Madre prénde una velita a la virgencita porque quiero que se me cumplan los deseos, y mamá responde, hija ya te prendí la vela, Dios nos ampare y nos proteja.

        Las connotaciones religiosas están ahí en un hilo, entre prender la vela y cruzar los dedos, entre aquello que es un ritual y pedir a bendición antes de salir de casa. En hacernos a idea de recordar que hay algo más allá, algo más grande. En buscar el alivio, el canto que llena el alma, como cuando mis tías decidieron todas cantar en la coral de la capilla y en los velorios. 

        Es inevitable escuchar a la profesora hablar de los exvotos mexicanos, los cuales eran un referente y en ellos se inspiraba Frida Kahlo, sin mirar atrás y ubicar en la memoria los lugares exactos donde abuela Ana tenía su altar a los santos, el nicho de la casa de mi abuela Chave donde estaba la virgen del rosario vestida de amarillo, donde nos gustaba curiosear de niños. Es habitual que la memoria esta asociada al ritual, a la parsimonia con que mis abuelas, mi madre y mis tías encienden sus velas y le piden a sus santos.