En 15 años de decidía,
veo un titular recurrente en el periódico
"Joven de 19 años ultimado por 9 tiros frente a su casa,
mientras reparaba su moto"
debajo una foto, mujeres arrodilladas
sobre una tierra amarilla y polvo.
El calor está sobre ellas,
ese que asociamos a la pobreza
a la piel quemada por el sol,
a las camisitas estridentes de neón y tiritos.
las sandalias sucias, el polvo.
Arrodilladas alrededor del cadaver.
El chamo de 19, conoció un solo tipo de vida.
La casa donde arreglaba la moto no tenía acera,
unos bloques sin friso, pintados de azul.
Alrededor las casas también parecen muertas.
Dos policías se ven en la foto distraídos.
Es una escena recurrente
otro hecho sin explicación.
Creen que la tragedia es cotidiana
creen que no golpean la suma de actos violentos.
Esta noticia fue un tambor,
un no puedo ver más.
Imaginas la vida de los que están a expensas
de los que quedan atrapados entre bandas,
de los que estamos abriendo la puerta de las casas
mirando a ambos lados nerviosos
por el ruido constante que hacen las tragedias.
Y repitiéndonos
que esta no era la imagenque veíamos del país
cuando cerrabamos los ojos.
