6 abr 2016

Casa de papel periódico






Corto:

Autor: Ana Brett

Reseña:

Monona y Clara llenaron la casa de papel para que Peluche pudiera orinar donde quisiera.
Cuidado! mamá puede llegar en cualquier momento, puede que no le guste la idea.

5 abr 2016

Apuntes

Nos encontramos. Nos confesamos para reconciliamos con el tono de voz y el volumen propio. Nos dijimos te quiero frente al espejo. Lloramos para ver como se transforma una cara y cómo volvía a tener compostura. 

Repartimos amor en las mañanas, caminamos tomadas de la mano con una amiga, en Pedro de Valdivia, confesándonos inquietas, angustiadas por la incertidumbre.

Nos volvimos a encontrar en el desierto, en la distancia, en la nostalgia que no nos suelta. Releímos tus cuadernos para aferrarnos a los recuerdos como si fueran lo único real, y fumamos en el balcón viendo las ventanas repetidas, pensando en el lugar y regando las plantitas de cualquier cosa, que nacieron por enterrar los desperdicios.

Ya te dijiste que si una vez fuiste insegura era por falta de conocimiento. Tantas horas perdidas en la inconsciencia, haciendo mal la postura de yoga porque era más fácil, leyendo sin explicación lo que no entiendes. Absorbiendo la tragedia. Comiendo uñas en público. Tanta vuelta para echarse, y finalmente reconciliarnos.

Míranos, allí vamos, sumando todo, de grano en grano, pintando a tu gusto y tiempo, pensando que todo llegará, autofirmando un cheque como lo hizo Jim Carrey. Diciéndote no pararé, no me entregaré a observar desde la ignorancia. Porque sería más fácil, porque sería mantequilla sobre el pan.

Porque en esa tendencia me sabría todo a lo mismo, y todo el esfuerzo sería en vano.

Ese universo que sabes existe en ti. Esa llave que abre para que la luz corra como un chorro, ese foco encendido, de Gabriel García Marquez, tu primer autor, que hablaba de aquello parpadeante que te hace levantarte, que no te deja dormir. Esa sombra y susurro, el cuchicheo de tantos días mirándote al espejo sin identificarte, y ahora poniendo todo en el carril donde va, sin nada estorbando en la frente.

Encuéntrate haciendo. Encuéntrate buscando, rasgando el papel hasta que te diga algo, ensuciándote las uñas, quedándote allí. Sin bajar la mirada avergonzada, sin bajar de volumen. Encuéntrate leyendo, en las palabras de otros. 

Si Cortázar tiene razón, si tu signo es la búsqueda, quédate ahí.