26 ene 2017

Dibujar elefantes




Es posible que ya nadie recuerde
a los elefantes de la cuadra
Si acaso quedan unos pocos.

Se quedaron allí, dentro de las oscuras casas
Cuando afuera el sol inclemente encandila.
¿Recuerdan sus nombres?
¿Recuerdan que nos contaban que antes todo era diferente?

Voy a llegar dibujando elefantes
elefantes que paguen pasajes de aviones
elefantes que nos acerquen
elefantes que salven, me dije.
Elefantes que recuerden mi casa y mis árboles.
Pues dejé mi closet cerrado y la cama tendida.

El resto, todos los que no somos elefantes, estamos afuera.
Mientras ellos, viven en la ciudad que se acaba
a la que se le nota la ausencia.
Las casas dicen "Se vende"
una luz prendida y cuatro apagadas.

Renunciar a la protesta,
primero la diligencia, lo práctico y la supervivencia.
Basta, preferimos cantar.
Porque no hay tiempo.

¿Ustedes saben que alguna vez existieron ciudades y eran bellas?
en una pared escribieron:
“No aguanto más, no, no, no.”
"La Mud es hambre"

Los dignos elefantes se mueren dentro de sus casas oscuras
Algunos han tenido que ser remendados y abrazados.





Quizás esta versión de Mad world nos explique algo, lo que aún no sabemos, el porqué le hicimos esto a nuestro propio país. 
A nuestras personas.  






13 ene 2017

Denuncia
















En el viaje me arroparon. 
Me dieron un corazón para llevar en el cuello
café con leche y mucha conversa aguarapada.
Venezuela es así 
Venezuela levanta y quiebra el espíritu.
Le tengo miedo a la desidia más que a cualquier otra cosa.
Le tengo miedo a que un día estemos tan golpeados que se nos olvide cómo construir.
Me dijo mi tía, lo más valiente que está haciendo la gente es irse. 
La protesta se duerme.
Nos tocaron el timbre para pedir comida y agua, pero el tanque estaba en modo crítico. 
Las calles están solitarias y golpeadas.
El internet "bien gracias"
Este tiempo oscuro es invadido por tukilandia.
¿Una película de terror?
Encontraron a mi tía en el ancianato fría desde la noche pasada.
porque los ancianos mueren de hambre en sus cuartos.

Nos tocaron el timbre y piden comida. 
El 24 no me bañé pero bailé mucho.
Han cerrado tiendas, mis lugares favoritos, los que yo ayudé a construir en mi pueblito.
Acabaron con el cine y los bombillos de la calle.
La vida se rebusca. 
Fiesta a puerta cerrada de navidad.

Salimos ayer con miedo pero igual salimos hasta las 4:30 am 
y nos dimos el tupé de ir al kiosko y comernos las empanadas,
como antes, como un espacio de la memoria, con la fortuna de nuestro encuentro, los seis amigos.
Estuvimos allí pensando que todo era posible nuevamente, diciéndonos que esa alegría no la íbamos a encontrar en ninguna parte. En ninguna otra madrugada.

11 ene 2017

Me corté el cabello


















Dejé todo en casa
los acrílicos dentro de una bolsa
y hasta el óleo nuevo,
el aliño que mamá me compró.

Es normal, estaba en otra.

Dejé todo
hasta mi cabello
una cola de 40 cm de dos años de peso

Dejé dos murales, un álbum de fotos
y una torrecita de libros en Maiquetía

Llegué a recuperar la memoria
por la adaptación inmediata
a lo que antes era cotidiano.



9 ene 2017

Contar el viaje

Nota de mi cuaderno
20 de diciembre 2016

Me salieron dos granos más y me corté el cabello, luego me puse triste cuando vi la melena perdida. Quizás creyendo que se había ido algún elemento propio con ella. El cabello se puede ir a buscar causa. Laura dijo, córtalo, ya no te hace falta, vete como la primera vez, con el cabello sano.

No quiero llenar estas páginas con artificios. Ni hacer de este viaje una manipulación para justificar depresiones futuras. Esta es la realidad de la gente que ya renunció, o quizás ya lo saben, que la vida ya no se puede saber si de verdad la están viviendo.

Aun así pongo la cabeza sobre mi antigua almohada y duermo.