16 jul 2018

Sobre "Las cosas que dejamos cuando nos vamos" por Oriana Mejías

Diarios, el prendedor de la abuela, el anillo de mamá, los álbumes de fotos y libros; puedes repasar mentalmente cada rincón de tu cuarto, el viejo, el que quedó atrás.
Irse comprende muchas más acciones que el mero desplazamiento de un lugar a otro, no es sólo espacial. Irse apela a cada célula del cuerpo, a tu memoria y al porvenir. Es pasar frío o calor, nuevas alergias, cambiar medicamentos, nunca más poder encontrar tu golosina favorita o por el contrario conocer tu verdadera preferida.
Irse es hacer las paces con sí mismo, olvidarse de quien uno fue, rehacerse la nueva persona que uno puede ser. Es preguntarse, con periodicidad obsesiva, quiénes somos, qué queremos y cómo vamos a lograrlo.
Volverse y ver el camino recorrido. E irse de nuevo, continuamente.
El regreso resta como promesa.

Por Oriana Mejías para la muestra "Las cosas que dejamos cuando nos vamos"
de Ana Brett


No hay comentarios:

Publicar un comentario