19 jul 2019

Mira la vida.

Queridos pájaros
antiguos y nuevos:

Sé que he estado muy guardada.
Parece que desde adentro siento necesidad de buscar un lugar solitario desde donde trabajo, pinto y escribo a ratos para saber si un día tendrá luz todo lo que he estado haciendo desde la cueva.
También he estado guardada por otras razones.
A veces mi susceptibilidad me arropa y es muy difícil no dejarme influenciar, todas mis razones es que nos rozamos en caminos que no creí vivir, ser migrante y freelance ha sido un reto. Así que como conozco las partes que faltan por combatir, me guardo para que las palabras en este momento de mi no retumben tanto.

Han sido 4 meses de guardar, de soltar poco a poco, de manifestar a mi manera, de tener algo de rabia y también de levitar, pues esto que sucede dentro de mi me tiene en una nube, no me deja llorar, no me deja deprimirme, me dice levantate, tomemos agua, ve a la sala quédate dormida entre las almohadas, me habla, me consuela, me dice, ojalá pronto lo entendamos, que los caminos que caminamos son demasiados nuevos y me asombran, cada cambio en mí, cada cosa que empiezo a ver, dejar fluir, a dejar ir.

Estamos embarazados Charlie y yo, y estamos amando esto que vivimos, no como un número sino como dos personas que quieren contar su historia. Nos hemos tenido amor por muchos años y ahora está creciendo dentro algo que aparte de todo, me hace sentirme más mujer y más bonita. Ohh es mentira que no me hace llorar, sí lo hace pero porque son muchas cosas juntas.

Bueno aquí estamos, mira la vida abriéndose camino, mira la vida diciendo que sí.



Aquí embarazados en la playa sin aun saber.


11 jul 2019

Carta a un pájaro.

Hace un año se fue uno de mis pájaros, me llegó de nuevo esta frase que me dejaste en una carta.

Angora, gata sigilosa, de todos los silencios solo el tuyo escucho.

Silencio, sí.

Yo que pensé que podía encontrarte de nuevo en un sueño, en una señal, en esas especies de milagros en los que creen mis tías, pero nada, solo silencio.

Me acuerdo de ese último café al que no llegaste porque no encontraste lugar donde lavarte la cara después de tanto agite.

No fui a despedirme, no pude escuchar lo que dijeron de ti en las últimas noches, nadie hizo la caridad de registrarlo.

Mírame aquí dejándote ir, porque ha pasado un año. Porque fui una y otras vez a las cartas y no encontré eso que pensé guardabas, en cambio apareció todo aquello de, sé una esponja en Chile, para eso te mandé, sigue trabajando que la belleza no llega a uno sale de uno.

Aun pienso que hay una gaveta donde dejaste un manuscrito, una última carta no enviada, las cosas que quizás subrayaste en algún libro, pero en verdad es porque no hay nada que extrañe más que leerte amigo. Amigo, desde el día que me ascendiste porque dijiste que ya no podíamos ser más sobrina-tío sino amiga.

No veo que se justo que el dolor no nos haya permitido seguir escribiéndonos. Que te haya apagado.

En esa última llamada aterradora, dijiste, ahora que quiero no puedo. Tuve que reclamar, no te permito los resúmenes, yo admiré tu vida siempre y me respondió desde el asombro tierno: ¿Verdad?



En ese libro que me prestó Ari dice:
¿Qué más pides? Con algo contribuí a tu vida,
pensaste, comparaste, voló el tiempo en seguida.
(Alfonsina Storni)

Bien tío, me despido.
Como si fuera una carta firmo

Anita Brett
como me dijiste, así te deberías llamar en público, hazme caso.

Aquí estoy y sigo.


8 jul 2019

Soñé anoche.


Soñé tierno. Con mi padre, que había viajado hasta aquí en su conquistador negro, para traerme, por ese viaje que tenemos pendiente, a mi madre, mi suegra y a mi hermana. Papá tenía el cabello blanquito, entonces me sorprendió porque no fue en ese capítulo donde lo dejé. Yo le tomaba fotos con mi cámara.
Las tres subieron a una habitación en un departamento compartido, alegando que no querían quedarse en casa porque luego el agua podía salirnos muy cara. Que tierno es esto de que se pongan en un sueño a medir la cantidad de agua.
Yo apurada buscando donde hacerles café en una estufita eléctrica que traía el departamento. Serví galletas Reinitas que había buscado antes diciéndoles, miren ya las venden aquí.
Me desperté esta mañana, me di cuenta del sueño, y me largué a llorar, sí.
A veces pienso que esta parte ha sido muy larga, que es una película, que un día despertaremos y volveremos a una normalidad extraña. A una parte que es la verdad, la realidad. Donde la cabeza descansa sobre la verdadera almohada y duerme profundamente. Donde se piense de nuevo en estos lugares, para ser en ellos turista, estudiante, viajero, cualquier título que no sea migrante que proviene de un lugar roto.