Abuela no solo tiene poderes de
ver a través de tus pensamientos, saber cuando alguien miente es un arte que ha
desarrollado; cuando yo era una adolescente mi madre nos cambio de
una escuela religiosa a una escuela privada con gente de mayor estrato, la vida
en esa institución era muy diferente, mientras en el otro colegio aprendíamos
de cocina, hacer mercado, aprendíamos primeros auxilios, corte y costura,
cerámica, teatro, además de las materias curriculares; en el nuevo colegio
aprendimos las materias básicas y a pasar las tardes sin ninguna actividad
extracurricular, solo en casa perdiendo el tiempo, así decidimos que era bueno
andar de casa en casa con amigos y divertirnos al menos. Un día en una cena de navidad mis amigos como
de costumbre nos esperaban para ir a una fiesta y yo estaba desesperada por
irme de la casa de abuela para poder complacer a estos nuevos amigos, abuela
estaba observandome sin yo saberlo. Así que me agarró por un
brazo y me dijo en un tono de voz que jamás le había escuchado entonar, “ya veo
que estas muy desesperada por irte”, en ese momento me pasaron muchas cosas por
la cabeza, era una niña que indudablemente la enfermedad del aburrimiento ya la
había contagiado, y esa enfermedad solo se quita con conocimiento y conciencia.
Me quedé sentada en una silla
observando a mi familia. Observando a mis abuelos del otro lado de la mesa. Me quedé allí con la culpa, ahí nació el regaño. Allí me vi distinta.