14 dic 2022

La cara roja y mi exvoto.



Si. La cara roja comenzó cuando me supe migrante, al cuerpo le toma también su tiempo adaptarse a los nuevos lugares. Quizás lo destapó verse por primera vez en la despedida del hogar y la incertidumbre de un 2016 donde las lágrimas se tuvieron que guardar para después.

Padecer de algo crónico y que no sepas el diagnóstico es una tarea diaria que abruma. La cara roja me decía mentiras sobre todos los esfuerzos hechos en 5 años que no llegan a nada. Es decir, me decía que cada moneda echada terminaba en fracaso y eso también lo trasladaba a los proyectos personales.

Creo que la palabra entonces que me acompañó este año fue *insistir*. Y claro, pedirle a Santa Rita. Oye no me digas que yo no puedo, ayúdame.

Resulta que sí, en 5 años de buscar soluciones y no encontrarlas, eso que parecía acné me jugaba muy mal mentalmente. Me mantenía aislada, los días fuertes me hacían llorar, me sentía quebrada, adolorida, justificaba todo aquello como una consecuencia de mis fracasos como persona migrante que no daba pie con bola. Sin embargo, hacer lo que amo, e insistir en eso que te da paz era algo que me hacía salir de la cueva. 

El día que obtuve un diagnóstico estaba en un momento desesperado, me dolía toda la cara. Nunca había dejado de tener dolor constante en esos 5 años. Fue una casualidad encontrar a un doctor, mi amiga Marianne me acompañó cuidando a Bastián y a tomar un café que me devolviera a la calma. 

El doctor milagro, me ve con su lupa y en 5 min me dice que aquello crónico era una inflación de los vasos sanguíneos, Rosácea fulminans.

Santa Rita y yo estábamos preparadas para sanar. Y sanar también implica cambiar un montón de cosas en la vida. Cinco días después del tratamiento el 90% de los bultos que me causaban dolor se fueron.

Una de las cosas en mi lista de este año era lograr un remedio para algo que te afecta tanto que te mantiene agotada.

Al cuerpo le toma tiempo ajustarse al agua nueva, al viento nuevo, al invierno. Aunque migrar me agarró todas las partes del ser para removerlas, uno insiste todos los días en aprender a acomodarse y tener una piel más gruesa.

Este es mi #exvoto para Santa Rita.
Agradezco saber ahora como cuidarme cuando el clima venga con tormenta.