26 oct 2017

Me permito

Que inútil se puede ser. A veces no quiero ver los mensajes, ni hacer las llamadas.
A veces tengo un nudo en la garganta antes de dormir. Y lloro. Lloro por todo ese año sin tocarnos ni una sola vez. Lloro porque los dejé dentro de una ciudad muerta.
Lloro porque aquí o allá no sé dónde estoy. Comienzo a esforzarme en que no se me olviden las claves de las tarjetas, los números de teléfono, los nombres de las calles. Sufro cuando la distancia que no asumo como tanta me contradice. Me veo otra cana en los 33 años.

No sé si puedo hablar más este día.
C hizo la cena y comí, comí y luego tuve acidez.
L debe estar durmiendo en un hospital terrorífico. Sintiendo que será fuerte, que vendrá lo difícil y ella se agarra con fuerza.

Yo escribo esto para tratar de estar
con ella
con todos mis pájaros
con toda la ausencia que he provocado

pero también soy falsa y me centro en la idea de que la tristeza la hago adrede para saberme viva, porque este dolor en el estómago es lo que me parece real.
Otra vigilia. Otro momento en el que abandono.
Lo real es que ya hicimos nuestras vidas.

amiga no me hagas preguntas para minimizar la tristeza, no puedo pensar en los cálculos.

L, se me hunde el pecho.






6 de oct
fueron 21 días.
y varios mensajes me deje en las notas del teléfono. Notas que había olvidado.

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